Aunque la mesa redonda del VII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo tiene ya más de seis años, sigue siendo muy interesante ya que trata sobre el uso de la lengua en el mundo deportivo… ¿Y acaso hay algo mejor que aunar cultura y deporte? Lejos de ser antitéticos, son magníficamente complementarios. Cultura y Deporte, Deporte y Cultura, matrimonio perfecto, y más si de cuestiones lingüísticas estamos hablando.
Para empezar, la lengua, las lenguas naturales, son nuestros vehículos de comunicación y, por tanto, libérrimas, tan independientes y anarcoides como la propia libertad que es inherente y consustancial a cada persona. Las lenguas (naturales) no son programables… ni siquiera, al menos a veces, predecibles, no son lenguajes formales y eso precisamente es lo que hace más bonita si cabe a la lingüística pues el uso (de las lenguas) lo determinan sus hablantes y no cabe planificación alguna (recuérdese el caso de aquellas palabras que se utilizan con gran profusión durante un período de tiempo y que, una vez incluidas en el DRAE, dejan de emplearse). Igual que la planificación económica suele resultar nefasta en el ámbito económico, tampoco es posible en las lenguas naturales porque estas dependen del empleo de los hablantes… y lo que caracteriza al individuo, al ser humano, es la libertad.
Y si la Lingüística, la Cultura en definitiva, resulta sugerente y atractiva por todo lo que aporta (sentido crítico, conocer cómo funciona nuestro sistema lingüístico, evitar que nos engañen, saber comunicarnos y resultar convincentes al interlocutor, etc.); el Deporte, por su parte, supone sacrificio, disciplina, trabajo, afán de superación… como lo que se necesita en la propia vida, especialmente cuando las circunstancias son adversas, de ahí que muchas veces el deporte sea la mejor metáfora de la vida y, en consecuencia, resulta admirable la dureza estoica, la increíble fortaleza y la extraordinaria y potente resistencia de tantas personas vitalistas vinculadas al deporte. No en vano algunos de mis mejores alumnos/as y amigos/as han –y son- grandes deportistas.
Y Deporte y Cultura pueden combinarse maravillosamente, por ejemplo, en el mundo de la Comunicación, en el periodismo deportivo, en la gestión informativa y social de modo que charlas, coloquios o mesas redondas como esta de la Fundéu de hace unos años, titulada «La importancia social y lingüística del lenguaje periodístico del deporte», siempre son magníficas y contribuyen a ese buen maridaje donde están presentes y felizmente fusionadas la esfera deportiva y el ámbito lingüístico de la comunicación. Además, en aquella ocasión, moderaba el gran Alberto Gómez Font y se contó con la participación de especialistas en el ámbito como Jesús Castañón o célebres filólogos y gramáticos tan brillantes y prestigiosos como Leonardo Gómez Torrego. De larga duración, pero estos temas siempre resultan placenteros. Una vez más, Lengua y Deporte muestran su relevancia y cómo queda reflejada esa trascendencia e importancia social en el campo de la Comunicación. 😉 🙂
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