Álex Ballesteros Latorre, espectacular docente, sensacional artista y excepcional amigo de una calidad humana auténticamente extraordinaria

Comparto aquí un breve texto que escribí como agradecimiento a un gran amigo, profesor y artista por su gentileza y ayuda a todos los niveles habiéndose convertido en un pilar fundamental. Se trata del fenómeno Álex Ballesteros Latorre.

La vida consiste, al menos en parte, en ir superándose y en ir afrontando nuevos retos. Incluso a veces en lucha contra uno mismo. Por fin, hace dos semanas (16 de octubre de 2013), conseguí saldar una cuenta pendiente y, por ende, quitarme una espinita clavada como la del carné de conducir.

En ocasiones, las (muy) adversas circunstancias vitales (en mi caso los terribles malos tratos sufridos por mi madre y por mí a manos del infausto, despiadado y salvaje terrorista doméstico de mi progenitor, que supondrían, por ejemplo, la muerte de dos hermanos míos al poco de nacer, así como la hemiplejía y parálisis cerebral de mi tercer y último hermano y también su defunción a los 17 años, la muerte de mis abuelos maternos y, finalmente, la de mi madre tras un cáncer terminal) hacen que se arrastren ciertas secuelas como cierto nerviosismo o propensión a la ansiedad.

Bien es cierto que solo (sí, sin tilde) para algunas cosas y no para otras, pues a nivel intelectual nunca he tenido problema (ahí están mis matrículas de honor en el Grado de Lengua española, extinta Filología Hispánica) de igual forma que jamás he tenido dificultad para hablar en público (cosa que a otros, por miedo escénico o lo que fuere, les aterra) y prueba de ello es que llevo ya unos años desempeñándome como docente de Lengua, con fructíferos y fecundos resultados. Y cuando he tenido que dar alguna charla o disertación hasta la he disfrutado en grado sumo por amplio y heterogéneo que fuera el público de esta. Quizá por mi dominio del ámbito lingüístico y comunicativo.

Sin embargo, en el óptimo manejo del vehículo sí que afloraban ciertos nervios “traicioneros”. Pero he tenido la inmensa fortuna de contar con el mejor profe y compañero posible para conseguir templarlos y alcanzar la ansiada meta, he contado con la suerte superlativa de tener al lado a un tipo auténticamente extraordinario con unas cualidades y aptitudes sobresalientes y descollantes: Alejandro Ballesteros Latorre (Álex). Sin él no hubiera sido posible. Constituye, por consiguiente, uno de estos obsequios que de vez en cuando te ofrece la vida.

Un magnífico docente, versado como nadie en el ámbito de la formación vial y la conducción -entre otros ámbitos-, didáctico, paciente, comprensivo y con gran sentido del humor (muuuy divertido🤪), que ha hecho que la experiencia haya sido enormemente gratificante y enriquecedora a todos los niveles. Además, sus inquietudes intelectuales, lingüísticas, artísticas, musicales (¡es un compositor impresionante!) han permitido una gran conexión conmigo y, de hecho, en esta etapa (y con toda seguridad en ulteriores) Álex ha ejercido de profe, compañero, confidente, AMIGO. Y de forma sublime.

Pierdo un profe de autoescuela (aunque algunos consejos seguirán cayendo) pero gano un grandísimo amigo. 2×1: carné y amigo. Y de los mejores.  Así que no quería dejar pasar la oportunidad de testimoniar de forma pública y notoria mi intensa e infinita gratitud. Y todo cuando pueda cobijarse, en su máxima expresión, bajo la palabra GRACIAS. Por todo.

No hago alusión al porte aristocrático ni a la seductora elegancia de galanes hollywoodienses de los protagonistas de la foto porque es algo que, obviamente, salta a la vista.

(De próximas fotos quizá no haya publicidad, que los chupitos de Jagger suelen generar estampas poco edificantes y ambos como docentes hemos de conservar nuestra buena reputación).

Deja un comentario

Create a website or blog at WordPress.com

Up ↑

%d